Un misterioso hombre recoge por iniciativa propia los desechos que gente desaprensiva arroja a lo largo de las escalinatas de ascenso al cerro San Bernardo, uno de los senderos predilectos de los salteños para realizar actividades aeróbicas. Sin embargo, este pulmón natural de la ciudad capital no goza del cuidado que se merece.
Son muchas las personas que ven habitualmente a este vecino realizando la trabajosa tarea de levantar bolsas de nylon, vasos plásticos, papeles y otros desechos que los transeúntes, con total desaprensión, dejan sembrados entre la tupida vegetación.
No son pocos los lectores que se comunicaron con la redacción de El Tribuno a través de WhatsApp, para dar cuenta de este gesto del vecino misterioso, pero nadie sabe su nombre. Solo destacan su accionar y lo describen como una persona de aspecto agradable, de edad avanzada, atlético y sobre todo preocupado por la naturaleza.
Tomarse el tiempo para limpiar lo que otros ensucian con total desaprensión es un verdadero ejemplo de responsabilidad ambiental. Tal vez, la actitud de este misterioso vecino sea imitada por otras personas que circulan con frecuencia por el lugar y, especialmente, ayude a generar conciencia sobre la imperiosa necesidad de cuidar el entorno natural, rico bello y benéfico con que fue bendecida esta provincia.
Fuente: El Tribuno