Gerardo tras vivir 25 años en la calle, vuelve a su hogar con su familia

Gerardo Cabezas vivió 25 años en situación de calle; hoy la Municipalidad lo acompañó en el reencuentro con su familia. El reencuentro se produjo esta tarde durante una nueva intervención del Gabinete Social Itinerante de la Municipalidad, desarrollado en La Ciénega.

La jornada fue presenciada por el equipo de la Secretaría de Acción Social, encabezado por Nancy Montero; Elizabeth Kiriaco, madrina del refugio Mi Hogar, y personal de espacio municipal.

“Es una jornada muy feliz. Finalmente podrá vivir con su familia. Ellos están muy contentos de haber recuperado a su hijo que hace por muchos años estaba en la calle”; comenzó diciendo quien luego agradeció a los profesionales y operadores de calle y trabajadores de “Mi Hogar” que permitieron la recuperación de Gerardo, antes de reencontrarse con su familia.

Finalmente Kiriaco expresó: “Toda recuperación conlleva una compleja tarea. Siempre se necesita la ayuda de la familia y comunidad. Este trabajo no es de beneficencia, ni caridad, es un acto de justicia social”.

Luego de un agasajo por el emotivo encuentro, Ramón Cabezas, jefe de la familia protagonista, se mostró agradecido con la ayuda que recibió desde el municipio. “Gracias al intendente Miguel Isa, su esposa y madrina del refugio, y todo el equipo. Hoy tiene una habitación muy confortable y, felizmente, lo tenemos de con nosotros”, expresó.

Por su parte, la secretaria Nancy Montero manifestó: “Realmente fue muy emocionante para nosotros que su familia se contacte y se muestre interesada en restablecer el vínculo. Después de mucho tiempo hoy volvieron a estar todos juntos”.

La historia

Las calles de la ciudad lo acogieron durante 25 largos años. Con idas y vueltas, y con una historia de vida llena de peripecias y necesidades, Gerardo sobrevivía pidiendo monedas en los semáforos del centro de la ciudad. Un día, fue encontrado por Elizabeth Kiriaco, esposa del intendente Miguel Isa, quien lo trasladó al refugio municipal, ámbito en el que recibió contención, comida, ropa, atención médica primaria, así como atención psicológica y psiquiátrica, durante cinco meses.

Junto a los visitadores sociales, el hombre de 40 años trabajó para recuperar distintos aspectos de su vida. Primero su identidad, que se encontraba inmersa en sus vagos recuerdos, hasta su familia y sus ganas de reinsertarse socialmente.

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